HACIA EL POLO SUR

El pasado día 14 de diciembre se celebró el centenario de la llegada del primer hombre y el primer perro al polo sur, fue Roald Amundsen y su equipo los primeros humanos en llegar al punto más al sur del planeta, y fue un descendiente del perro que Toñito nos llevaba hoy como claxon el primer can en llegar aquí también.
Para conmemorar esta hazaña del perro y del hombre, los Kamorkas deciden también ir al hacia el Sur y quedarse como un Polo, en las múltiples esperas y contratiempos. Polos de esos de Avidesa de los que nos comíamos de pequeño (vamos los patapalos o los colaget). Y todo ello gracias a los -3 o-4 grados bajo cero que nos han acompañado durante bastante tiempo de la travesía.
Puntuales a la cita hemos aparecido donde el excalibur, el Tigre, el Davis y el amigo Reija, y por supuesto un servidor (Gasofa) se hecha en falta a Remi que ayer pinto copas para él y hoy no ha venido.
A los 50 o 54 metros de arrancar, primer contratiempo, el amigo Reiga tiene pérdidas de líquido, ¿de dónde? pues de su Camelbak, que la tiene mal cerrado y va dejando un reguero a lo pulgarcito. Una vez solucionado el problema, a buscar al resto del grupo al submarino amarillo al ritmo quemagrasa.
En el trayecto, un grato encuentro, los Sherpalocos que van dirección la fuente del intendente, una pequeña conversación y despedida hasta la próxima vez.
Ya en el submarino nos juntamos con Vicente y con Álvaro, en esto que llegan los Segobike Juan y Roberto y se unen el club. Y es aquí donde sucede el segundo contratiempo, Toñito ha llamado y dice que anda tarde y que le esperemos pasando frío y quedándonos como los polos (muertos de frío), y por fin llega Toñito, con sorpresa incorporada, unas ruedas tuneadas guapas, guapas…, y un perro azul que utiliza de claxon y a la vez le sirve de interfono para comunicarse con el tigre que lleva Angelín en su manillar.

Tras decidir la ruta de hoy, que era hacia el sur como no podia ser de otra manera, y para ir al sur que mejor manera que subir una galleguita al estilo Kompararbicis, ¿en que consiste este estilo?, pues muy fácil, como había mucho biker en la gallega, se mira a uno desde abajo el que esta más lejos se, sube a toda pastilla, se le saluda, se le mira la bici, se le compara con la que cada uno lleva y se va a por otro que esta más arriba para hacer la misma operación, hasta que al final no quedan bicis para comparar, ni personas para saludar, así ha subido Davis, el Tigre y Reija, y si pretendes seguir a estos Komparabicis y tu cuenta Kilómetros marca 17Kmh no te asustes es que vas a su ritmo, bueno si te pasa detrás de Reija cambia las pilas que se te estas gastando.
Al llegar a la parte de arriba tercer contratiempo, Juan (Segobike) a partido la cadena, raudo y veloz Álvaro con su destreza le consigue poner un eslabón rápido y consigue arreglar la avería, aunque el problema no queda ahí, pues el problema es que tiene roto o gripado el núcleo, los trinquetes o algo que esta dentro del buje de la rueda, según diagnostico de Angelín. Y es en este momento cuando Juan y Roberto deciden volver al campo base (a su casa).
Mientras la mitad del grupo ha marchado hacia la fuente de la reina y el resto va a su encuentro. Una vez reagrupados, otro dilema, por donde subimos a la Fuenfría, por la calzada o por la carretera de la república, para no enfadar a la diosa de la naturaleza, Flora, decidimos subir la mitad por un lado y la otra mitad por el otro lado.
Los que decidimos subir por la calzada nos encontramos con el amigo Pedro y su hijo de 13 años que sube como un rayo y menuda ruta se esta apretando el chiquillo, ha subido por la gallega y ya esta aquí y todo sin parar…, esto me recuerda cuando subí yo por primera vez la gallega en bici, subía de lado a lado, deshuevado y con los ánimos que me procuraba Juan Peña, ánimos como estos:
-Vamos jo**r quítate de en medio y deja de dar tumbos de un lado al otro!!!!
Estas palabras me hicieron recapacitar y ahora procuro subir recto y dar pocos tumbos y cuando no puedo más a patear un poco.
II PARTE EN EL POLO SUR.
En la Fuenfría reagrupación, avituallamiento (manzanas al estilo polar, frutos secos escarchados, barritas energéticas congeladas, granizado de agua…, vamos todo lo que desearías el mes de julio en el desierto del Sahara), y despedida de Álvaro que se tiene que ir ya.
Barajamos varias opciones para seguir la ruta, pero la más aclamada es un gallo y bajadita por la izquierda hasta la carretera y después hacia Valsaín por ese sitio, ¿cómo se llamaba…? bueno por ahí.
La bajada por el Gallo se convite en un; ¡ojo que puede estar congelado!, pero al final no hay mucho peligro y se supera sin problemas, lo único destacable es ese sonido que nos va acompañando en la bajada y que nos recuerda, las patatas fritas, ¡ uuuhhhhmmm que calentitaaaasssss!

Una vez en la explanada del gallo y comprobado que el manillar nuevo del Tigre cabe entre pino y pino, pues recordemos que es 5 ó 10 cm más grande que el de una bici normal (mirar foto), eso no le importa a él, ya que le gusta ir así de frente abarcando todo el camino, con todo el dorso al descubierto, y si no mirar las fotos del tigre en verano.

En el camino de cuyo nombre no quiero acordarme, encontramos al Sherpa Tris y su sillín asesino, sí ese que es pequeño, pero, matón y que le ha ocasionado una fisura en las costillas. Un poco de charla y a continuar el viaje, que al Reija se le hace tarde.
En este camino ya sabéis lo que más nos gusta a los Kamorkas, subiditas, bajaditas, ramitas, puentecitos, bárrales, charcazos, trompazos, y como no Toñito liándola en todos los sitios y Reija más perdido que Pedro por la Acebeda, no Pedro el de Heide, sino nuestro Pedro, el que va con el chico.
Y por fin llegamos a Valsaín, aquí se plantean dos opciones también, “laquituya por la gallega todos juntos…, No …¿pero por qué?”, ó “a casa por la carretera”, esta última opción elegida por nuestro gran amigo Reiga, Pedro y su chico que desde hoy es mi Héroe de 13 años. El resto una “Laquituya por la gallega…” y después un senderito con barro.
La subida por la gallega se hace como se puede, unos mejor, verdad Vicente, Tigre y Davis, y otros peor, que me lo digan a mi y a Toñito, y la bajada también se hace igual unos mejor y otros peor.
La llegada al camino de los tanques nos indica que esto se acaba, que pena, sin embargo antes de entrar en el camino una vaca se atreve a desafiar al Tigre, ¡que imprudencia!
Despedimos a Vicente hasta la próxima vez y el resto continua hasta casa. Llegamos sanos y salvos como hace 100 años llegó el grupo de Roald Amundsen al mar de Ross tras conquistar el Polo Sur.
El próximo día otra trepidante aventura con los Kamorkas.